La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó este lunes un informe que destaca el papel crucial de los migrantes en la economía global, tanto en los países de destino como de origen. Según el informe, los trabajadores migrantes no sólo ocupan puestos clave en sectores clave, sino que también envían remesas que benefician enormemente a sus países de origen.
El informe llega en un contexto marcado por las promesas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Durante su campaña, Trump acusó a los inmigrantes de «agotar recursos económicos» y «quitar empleos» a los trabajadores estadounidenses, afirmaciones que el informe de la OIT intentaba desmentir.
Los inmigrantes como motor económico
Sukti Dasgupta, director de la división de condiciones de trabajo e igualdad de la OIT, dijo en una conferencia en Ginebra que los migrantes «impulsan el crecimiento económico en los países de destino y apoyan a los países de origen a través de sus remesas y transferencia de habilidades».
El informe aclara que los migrantes a menudo desempeñan funciones que complementan la fuerza laboral nacional en lugar de desplazarla. Rafael Diez de Medina, jefe estadístico de la OIT, señaló que «no hay evidencia de que los inmigrantes estén quitando empleos a los ciudadanos». Explicó que los trabajadores migrantes tienden a aceptar empleos especializados o mal remunerados, a menudo trabajos temporales o estacionales y en sectores que dependen en gran medida de su mano de obra, como la agricultura, la construcción y los servicios.
La fuerza laboral migrante mundial está aumentando
Según el informe, 167,7 millones de migrantes formaron parte de la fuerza laboral internacional en 2022, lo que representa el 4,7% de la fuerza laboral global. Esto refleja un aumento de más de 30 millones de trabajadores migrantes desde 2013. Sin embargo, el informe también señala que el crecimiento de esta fuerza laboral se desaceleró entre 2019 y 2019. y 2022, en gran parte debido a los efectos de la pandemia de COVID-19.
El informe también revela que la mayoría de los trabajadores migrantes (68%) se concentran en países de altos ingresos, como los de América del Norte, Europa y los países árabes, atraídos por mayores niveles de vida y oportunidades laborales. La composición de la fuerza laboral migrante muestra que los hombres son el 61% y las mujeres el 39%.
Desafíos que enfrentan los trabajadores migrantes
A pesar de su importante contribución, los inmigrantes enfrentan tasas de desempleo más altas que los no inmigrantes. En 2022 la tasa de desempleo entre los inmigrantes fue del 7,2% en comparación con el 5,2% para los trabajadores nativos. Las mujeres inmigrantes se enfrentan a mayores dificultades que los hombres debido a barreras como el idioma, el no reconocimiento de sus cualificaciones, la discriminación y las limitadas oportunidades de crianza de los hijos.
El informe también destaca la necesidad de garantizar que los trabajadores migrantes tengan acceso a protección social y laboral. Diez de Medina destacó que estos trabajadores «deben estar amparados por las leyes laborales del país, especialmente en el caso de las trabajadoras domésticas», sector en el que se emplean muchas mujeres migrantes.
Los inmigrantes como beneficio, no como carga
Contrariamente a la narrativa de que los inmigrantes son una carga para las sociedades de acogida, el informe concluye que estos trabajadores aportan más de lo que reciben. Contribuyen significativamente a través de impuestos, seguridad social y otros medios. Dasgupta dijo que las tasas de empleo de los inmigrantes tienden a ser más altas en comparación con la población general y que «los inmigrantes de segunda generación contribuyen aún más a las economías de destino».
El informe también advierte que las restricciones estrictas al movimiento de trabajadores migrantes podrían provocar escasez de mano de obra en sectores clave, lo que afectaría negativamente a las economías de los países de destino.
Contexto en Estados Unidos
La publicación del informe se produce en un momento de incertidumbre para las comunidades de inmigrantes en Estados Unidos, tras las promesas de Trump de implementar políticas de deportación masiva. Estas medidas podrían afectar negativamente no sólo a los inmigrantes, sino también a la economía estadounidense, que depende en gran medida de su trabajo en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios.
Rafael Dies de Medina advirtió que estas restricciones podrían tener importantes consecuencias económicas. «Si hubiera restricciones significativas al movimiento de trabajadores inmigrantes, habría escasez de mano de obra en ciertos sectores de los países de destino», afirmó.
El camino a seguir
El informe de la OIT llama a los gobiernos a adoptar políticas que reconozcan y valoren la contribución de los trabajadores migrantes a sus economías. También enfatiza la importancia de asegurar su inclusión social y económica, asegurando el acceso a protección legal y servicios básicos.
En un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, los migrantes no sólo son esenciales para la economía global, sino que también sirven de puente entre culturas y países. Dasgupta concluye que “los inmigrantes no son el problema; «Son parte de la solución».