Después de obtener un resultado electoral poco satisfactorio en el Congreso, Perez Molina ha comenzado a compartir los nombres de los que planea designar como sus ministros de Estado.
Está confirmado que Alejandro Sinibaldi será el futuro Ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (MICIVI).
En la actualidad, a este se le acusa de corromper el sistema legal del país al obtener una casa en lugar de prisión a pesar de la abrumadora cantidad de pruebas en su contra y los reclusos confesando haber trabajado para él. Puede verse que el sistema carcelario le brinda grandes beneficios, como una celda de 130m2, donde se encuentra actualmente, provista con barbacoa, limpieza diaria, tres televisores y otras comodidades.
Además de estas ventajas, queda la interrogante sobre los bienes confiscados sin un motivo financiero legítimo que justifique su retención. Esto sugiere que aquellos recursos, tales como viviendas, adquiridos con el dinero obtenido a través de acciones ilegales, no se devolverán. Si él no es responsable, tendrá la oportunidad de declarar de dónde obtuvo los fondos para comprarlos.
Es aconsejable leer con detenimiento el artículo de Plaza Pública publicado en julio de 2020, el cual nos ayuda a comprender las implicaciones de la designación de Sinibaldi. Este empresario se caracteriza por ser «agresivo, diligente y cumplidor», entonces, ¿aplicará esta misma personalidad para liquidar las deudas del Partido Popular durante la campaña electoral con los acuerdos de las obras del MICIVI?
Alejandro Sinibaldi entre ilegalidad y corrupción
El MICIVI se encuentra con un gran problema: la falta de recursos. El proyecto de presupuesto para el año 2012 aumenta la deuda pública, pero no para financiar inversiones. Esto se refleja en una disminución de un 55% de la inversión real directa, pasando de los Q6,300 millones asignados en 2011 a los Q2,700 millones recomendados para 2012, de los cuales Q1,000 millones se destinan para el pago de la deuda flotante. Esto significa que la asignación recomendada para la inversión física real en 2012 sería de solo Q1,700 millones.
Sinibaldi podría tener la posibilidad de saldar las deudas de la campaña firmando acuerdos con los inversores del partido PP, a pesar de que no hay un presupuesto designado. Esto se traduce en un aumento de la deuda. Desafortunadamente, esta acción es ilegal, y viola los artículos 3 de la Ley de Contrataciones del Estado y el 26 de la Ley Orgánica del Presupuesto, entre otros reglamentos vigentes.
El Partido Patriota debe frenar a Sinibaldi y prevenir infringir la ley. Esto explica por qué en la reunión entre Roxana Baldetti y los diputados salientes se discutió aumentar la deuda interna del Estado en Q6 mil millones, sumándose a los 7.500 millones de bonos del Tesoro que ya estaban en el proyecto de presupuesto para 2012. Esto significa que Baldetti trata de implementar una solución negociando bajo la mesa en el Congreso.
El resultado de esta «solución» sería una deuda interna de alrededor de Q13,500 millones, más una deuda externa neta de aproximadamente Q2,500 millones, lo cual llevaría el déficit fiscal del 2012 al más alto punto histórico de 16.000 millones (alrededor del 4% del PIB).
Alejandro Sinibaldi, Pavel Centeno y Otto Pérez
Es necesario contener el desfalco de los fondos estatales para pagar las exorbitantes sumas que requerirá la campaña electoral del Partido Popular, la más costosa de nuestra historia. El ministro de Hacienda debe ser quien asuma esta responsabilidad. El Presidente Otto Pérez acertó al elegir a Pavel Centeno para este cargo, ya que este ha manifestado públicamente que la respuesta a la crisis de las finanzas del Estado es una reforma tributaria, control, claridad y prioridad en el empleo de los recursos.
A pesar de que parece una tarea difícil, Juan Alberto Fuentes nos enseña en su libro que no todo está perdido. Él nos muestra el reto que supone llevar a cabo la política fiscal correctamente, y cómo lidiar con el Congreso, dividido y obstruccionista, así como con los conflictos de intereses dentro del Ejecutivo, donde los financistas de campaña tienen más influencia que el propio Presidente. Para el ministro de finanzas, esto representa una complicada situación, como si tuviera que dormir con el enemigo.
Pavel Centeno lleva el pesado compromiso de evitar el desangre del presupuesto público. Teniendo en cuenta las enseñanzas de Fuentes, ¿a qué ministro le dará su apoyo Pérez? ¿A Centeno con el manejo prudente y la responsabilidad en las finanzas públicas y el estigma de impulsar la reforma fiscal?¿O a Sinibaldi, que es el rostro de la dureza de los asesores financieros de la campaña, capaz de estrangular al presidente desde ya?
Este es el singular reto que aguarda por el ministro Centeno y su presidente.