El conflicto en la Franja de Gaza continúa escalando tras 15 meses de guerra entre Israel y el grupo armado Hamás. Este jueves, los ataques aéreos israelíes mataron al menos a 37 palestinos en varios puntos de Gaza, entre ellos mujeres y niños refugiados en un campamento de tiendas de campaña en el barrio de Al-Mawasi, una zona designada inicialmente como zona humanitaria para civiles desplazados.
El ataque en Al-Mawasi dejó 11 muertos, entre ellos niños y mujeres que buscaban refugio en un campamento diseñado para proteger a quienes huían de la violencia. Entre las víctimas también se encontraban Mahmoud Salah, director general del Departamento de Policía de Gaza, y su asistente Hussam Shahwan, según el Ministerio del Interior de Gaza controlado por Hamás.
«El asesinato del director general de la policía de Gaza por parte de la ocupación es un intento deliberado de sembrar el caos y aumentar el sufrimiento humano en el enclave», denunció el Ministerio del Interior en un comunicado.
Por su parte, el ejército israelí confirmó que había llevado a cabo un ataque en Al-Mawasi, indicando que Shahwan era el jefe de las fuerzas de seguridad de Hamás en el sur de Gaza. Sin embargo, no mencionó la muerte de Salah. Israel dijo que su ofensiva se basó en información de inteligencia que apuntaba a extremistas operando desde el área.
En otros ataques aéreos, al menos 26 palestinos murieron en varios lugares de Gaza, incluida la sede del Ministerio del Interior en Khan Younis, el campo de refugiados de Jabalia, el campo de Shatti (Playa) y el campo de Magazi en el centro de Gaza.
El ejército israelí dijo que los combatientes de Hamas estaban utilizando áreas residenciales como centros de comando y control, mencionando específicamente el edificio del ayuntamiento en Khan Younis. Un portavoz del ejército defendió las operaciones, diciendo que se había respetado el derecho internacional y que se habían tomado medidas para mitigar los daños a la población civil. Sin embargo, organizaciones locales y grupos humanitarios cuestionan la eficacia de tales precauciones y la proporcionalidad de los ataques.
Por su parte, Hamás ha negado que sus combatientes operen desde zonas residenciales, rechazando las acusaciones israelíes. Mientras tanto, la Jihad Islámica, un pequeño grupo aliado de Hamás, dijo que disparó cohetes contra el Kibbutz Holit en el sur de Israel, cerca de Gaza. El ejército israelí confirmó que había interceptado uno de estos proyectiles.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 45.500 palestinos han muerto desde que comenzó la guerra. La mayoría de los 2,3 millones de residentes del enclave han sido desplazados y gran parte del territorio densamente urbanizado está en ruinas.
El conflicto comenzó tras un ataque transfronterizo de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos y más de 250 rehenes en Israel, según cifras oficiales israelíes. Este suceso desencadenó una de las ofensivas más devastadoras en la región, con consecuencias catastróficas para la población civil de Gaza.
Mientras continúa la violencia, la comunidad internacional ha intensificado los llamamientos para un alto el fuego y la protección de los civiles atrapados en el conflicto. Sin embargo, ambas partes parecen estar lejos de alcanzar una tregua, lo que deja a Gaza sumida en una crisis humanitaria sin precedentes.