La cercanía de las elecciones generales en Honduras, fijadas para el 30 de noviembre de 2025, ha causado inquietud sobre el impacto político y tecnológico de Venezuela en el proceso electoral. Especialistas y analistas indican que la conexión entre el partido en el poder, LIBRE, y el gobierno de Nicolás Maduro podría afectar la competitividad y la percepción de transparencia en las elecciones.
Estrategias y modelos políticos
El partido LIBRE mantiene una relación ideológica y estratégica con el gobierno venezolano, respaldando la candidatura de Rixi Moncada. Observadores políticos advierten que algunas tácticas implementadas en Venezuela, como el control sobre el sistema electoral, la militarización del proceso y mecanismos orientados a prolongar la permanencia en el poder, podrían trasladarse al escenario hondureño. Estos factores influyen en la estructura del proceso electoral, afectando la confianza de la población y la competitividad entre partidos.
Proveedor controvertido del sistema electoral
Otro punto clave en el debate es la intervención de Smartmatic, que maneja el sistema de votación biométrica en Honduras. Esta firma ha enfrentado críticas a nivel internacional debido a presuntas irregularidades en elecciones venezolanas. La inclusión de Smartmatic en el proceso electoral hondureño despierta preocupaciones sobre el recuento de votos y la transmisión inicial de resultados, creando así mayor presión sobre la legitimidad del CNE.
División y opinión pública
La evaluación de los sistemas político-electorales en Honduras y Venezuela ha aumentado la división social. Diferentes segmentos de la sociedad expresan desconfianza hacia el proceso electoral, previendo potenciales manifestaciones o conflictos tras los resultados si estos son disputados. Según expertos, la influencia de Venezuela no solo distorsiona la percepción de transparencia, sino que también impacta en la gobernabilidad y la estabilidad política interna.
Efecto local
El vínculo entre LIBRE y Venezuela trasciende las fronteras de Honduras. Un eventual cambio en el panorama político venezolano podría modificar la fortaleza de los movimientos de izquierda en la región, incluyendo al partido LIBRE, y reconfigurar la orientación estratégica del país en los próximos años. Esto ubica a Honduras en un contexto de dependencia política y posibles presiones externas sobre su institucionalidad.
El escenario político de noviembre muestra un contexto en el que las afinidades ideológicas, los sistemas de votación y las tácticas políticas se presentan como elementos clave en la percepción de legitimidad y competencia. La interacción de estos aspectos plantea retos relacionados con la confianza del público, la polarización y la habilidad del sistema electoral para asegurar resultados precisos y comprobables, mientras Honduras se alista para una elección caracterizada por el interés regional y la supervisión internacional.